Alfarnate es un ejemplo de la enorme diversidad de la provincia de Málaga, pues a pesar de su altitud sobre el nivel del mar (925 metros), el pueblo se sitúa en una zona que podría considerarse llana dadas las características orográficas del entorno. Los terrenos próximos al pueblo están ocupados por olivos, almendros y garbanzos, tras los que irrumpen macizos rocosos que aún conservan pequeños bosquetes del encinar que en épocas anteriores cubría toda la zona.
La antigua Venta de Alfarnate, que data del siglo XIII, es tal vez la venta más antigua de Andalucía. El pueblo estaba formado por el trasiego de caravanas entre la costa y el interior, a través del Puerto de los Alhazores, y creció principalmente durante la época nazarí. A juzgar por los restos hallados en el Cerro del Castejillo o el Cortijo de Uceda, el pueblo encuentra sus orígenes en algunas granjas árabe que hace unos pocos cientos de años estuvieron esparcidas en el fértil valle. Su nombre, al-Farnat, lo que significa molino, también demuestra su origen árabe. Alguna vez bandidos y ladrones fueron encarcelados en la prisión pequeña que todavía existe en la venta. Hoy en día la venta es un restaurante buen conocido en la región y aun se puede comer en la celda.
Se entra el pueblo por la calle Río Palancar, que sigue el curso de arroyo. Desde la plaza de El Puente se puede empezar un recorrido en el pueblo. La iglesia de Santa Ana está distinguido por su torre mudéjar de tres cuerpos. Si subes por calle Sierrezuela encontrarás un pequeño itinerario que, te llevarás a la ermita y al Mirador del Santo Cristo, de que puedes admirar impresionantes vistas de los montes de la Alta Axarquía.